También odio esa
sensación de impotencia, esa sensación de no poder dejarte ir.… que asco. Eres
como una droga, has ocupado cada centímetro de mí, lo has llenado todo con tus
sonrisas, tus miradas, tus promesas... y ahora, mírame, si no te tengo ¡me
muero!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario